lunes, 28 de julio de 2008

Viaje a Nueva York: Un día en Washington DC

Martes 10 de junio

Nos cogemos un bus de los chinos a DC. Resulta que los chinos son unos espabilados y montan trayectos en bus por cuatro perras comunicando NY con ciudades como Baltimore (Good Morning, Baltimore!), Boston, Pittsburgh, Filadelfia... En realidad comunican un barrio chino con otro de otra ciudad.

El viaje fue un poco desastroso, la verdad. Para empezar nos confundimos de calle para ir a coger el bus. Y es que la calle East Broadway no tiene nada que ver con Broadway. Y el calor, como siempre, terminándolo de arreglar. Todo el barrio chino apestaba a comida podrida y encima estábamos a casi 40 grados. Un ataque de nervios más tarde estábamos haciendo tiempo para coger un autobús a DC que, según nos decían, salía a las 9:30. Luego, al ver el horario de autobuses, vimos que salía a las 10:00, con lo que le pregunté a la china que nos había vendido el billete que a qué hora salía en realidad. Me confirmó que a las 10:00, y cuando le pregunté que por qué nos había dicho que a las 9:30 la muy hija de puta decía que no, que ella no había dicho eso: "Someone said 9:30", decía la muy cabrita. Y es que hay varias "compañías" de buses chinos que se hacen la competencia y nosotros le compramos el billete a la primera que nos lo vendió, sin mirar más, porque pensamos que ése era EL bus de Washington DC. Y la tía, para "cazarnos", nos dijo que salía media hora antes.

Esto me confirma que los chinos son unos chorizos de cuidado. Más que el neoyorquino medio, que ya es decir. Y son unos gorrinos. Esto lo podéis comprobar si váis a cualquier "Chinatown" de EE.UU. donde veréis cómo los chinos se urgan en la nariz tranquilamente y delante de todo el mundo para buscar petróleo. Un asquito, oiga.

Cuatro horas de viaje con el Aire Acondicionado a todo meter (aunque prefiero eso a asarme) y llegamos a DC justo a tiempo para comer en un Subway y empezar a ver las atracciones turísiticas a 40 grados a la sombra. De momento lo sobrellevaba, porque el calor era seco. Más tarde el calor se volvería húmedo... tan húmero que me daba la impresión de estar ahogándome en el Potomac en lugar de estar visitando el Mall.


Todas los monumentos están localizados en lo que ellos llaman el Mall, que en el mapa parece abarcable pero que en realidad tiene dos millas de ancho (unos tres kilómetros y pico). Nosotros accedimos al Mall a la altura de la Casa Blanca (1600 de Pensylvania Av). Nos hicimos las fotos de rigor y caminamos hasta el monumento a Washington (O sea, el falo gigante con forma de lápiz) y de ahí al Monumento a los Caídos en la Segunda Guerra Mundial, frente al Reflecting Pool.


Sobrevivimos al sol de justicia gracias a unos paraguas que llevamos. Igual estábamos ridículos, sí, pero chico, así no nos daba el sol en la cocorota.

El Lincoln Memorial lo vimos ya de lejos, e incluso cogimos un taxi para que nos llevase por la Avenida de la Constitución hasta el Capitolio, ya que estábamos reventados. Una cosita: en DC, los taxis tienen un suplemento por cada persona que se sube, de modo que a veces no compensa tanto como uno cree. El taxista nos llevó a los cinco, pero nos cobró 7 dólares de bajada de bandera el muy pirata.

Estábamos demasiado desfallecidos como para pelearnos, de modo que al llegar al Capitolio decidimos hacer una horita de descanso en el césped. La verdad es que una vez allí no se estaba tan mal, aunque de nuevo teníamos la humedad al 90%.


Al caer la tarde nos dirigimos al mismo sitio donde nos había dejado el autobús y de vuelta a NYC. Por el camino hubo tormenta, aunque mis deseos de que refrescase el ambiente no se cumplieron. Nos bajamos en Times Square y en metro al albergue. Esta vez se impone el sentido común y ponemos el aire acondicionado para dormir. Recuerdo acostarme y nada más, aunque en algún momento debí de taparme con la sábana... ¡Qué gustazo, oiga!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy alocado su viaje , pero me imagino que en su vida se lo olvidaran, soy de argentina y viajo a new york en diciembre, leo su blog por que estoy estudiando la forma de visitar washington sin que me salga un ojo de la cara. un saludo desde LA PLATA, BUENOS AIRES ARGENTINA

Anónimo dijo...

Me ha ayudado vuestro breve relato. Gracias