En un colegio privado estadounidense una profesora es despedida tras una semana de curso. El motivo es que la profesora, orientadora de alumnos y profesora de educación física, se ha casado con su pareja este verano, otra mujer.
El caso es que el colegio, Cathedral High, es un colegio católico. Y los profesores cuando entran a dar clases en ese colegio se compromenten a mantener y respetar los valores católicos por los que se rige la escuela y a ser modelo de ellos. Christine Judd, al casarse con otra mujer, rompió ese acuerdo, siendo por ello despedida.
Hasta aquí es una cosa normal. Es más, creo que el colegio está en su derecho de prescindir de un trabajador siempre que la justificación sea legal, y en un país como EE.UU. donde el despido es libre y no se indemniza, pues supongo que un motivo así es válido.
¿Dónde está el problema entonces? En que Christine trabaja rodeada de otros profesores que son, por ejemplo, divorciados. Otros usan anticonceptivos. E incluso hay, como en todos los institutos norteamericanos, alumnas que se quedan embarazadas y van a clase y no son expulsadas. Y ahí, amigos, es donde entra la discriminación.
Si la política del centro es la que es, que se aplique con todo rigor. Lo que no vale es aplicar excepciones voluntarias y exquisitas a las normas católicas. Aquí en España, por lo menos, los curas son coherentes y les niegan la comunión a los divorciados. Allí al parecer hay pecados y pecadillos.
Mientras, algunos estudiantes se han manifestado en contra de la expulsión de su profesora.
- "Si vamos a predicar la tolerancia, necesitamos practicarla. Y creo que esos dogmas anticuados no nos lo permiten. Simplemente creemos que es momento de que la iglesia evolucione".
A la salida de misa, algunos feligreses comentaban la decisión de la diócesis:
- "Los oigo gritar y los comprendo perfectamente. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar? Esa es una de las ideas principales en las que creemos en la iglesia: no nos corresponde a nosotros juzgar a nadie, porque Dios Todopoderoso es el encargado de hacerlo"
Claro, que esto ha ocurrido en Springfield, Massachussets. Cuando yo estuve allí me llamaron la atención las pancartas de las iglesias en las cuales daban la bienvenida a las parejas del mismo sexo.
Fuente: Noticia original
El caso es que el colegio, Cathedral High, es un colegio católico. Y los profesores cuando entran a dar clases en ese colegio se compromenten a mantener y respetar los valores católicos por los que se rige la escuela y a ser modelo de ellos. Christine Judd, al casarse con otra mujer, rompió ese acuerdo, siendo por ello despedida.
Hasta aquí es una cosa normal. Es más, creo que el colegio está en su derecho de prescindir de un trabajador siempre que la justificación sea legal, y en un país como EE.UU. donde el despido es libre y no se indemniza, pues supongo que un motivo así es válido.
¿Dónde está el problema entonces? En que Christine trabaja rodeada de otros profesores que son, por ejemplo, divorciados. Otros usan anticonceptivos. E incluso hay, como en todos los institutos norteamericanos, alumnas que se quedan embarazadas y van a clase y no son expulsadas. Y ahí, amigos, es donde entra la discriminación.
Si la política del centro es la que es, que se aplique con todo rigor. Lo que no vale es aplicar excepciones voluntarias y exquisitas a las normas católicas. Aquí en España, por lo menos, los curas son coherentes y les niegan la comunión a los divorciados. Allí al parecer hay pecados y pecadillos.
Mientras, algunos estudiantes se han manifestado en contra de la expulsión de su profesora.
- "Si vamos a predicar la tolerancia, necesitamos practicarla. Y creo que esos dogmas anticuados no nos lo permiten. Simplemente creemos que es momento de que la iglesia evolucione".
A la salida de misa, algunos feligreses comentaban la decisión de la diócesis:
- "Los oigo gritar y los comprendo perfectamente. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar? Esa es una de las ideas principales en las que creemos en la iglesia: no nos corresponde a nosotros juzgar a nadie, porque Dios Todopoderoso es el encargado de hacerlo"
Claro, que esto ha ocurrido en Springfield, Massachussets. Cuando yo estuve allí me llamaron la atención las pancartas de las iglesias en las cuales daban la bienvenida a las parejas del mismo sexo.
Fuente: Noticia original
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