miércoles, 9 de julio de 2008

Viaje a Nueva York: Chelsea, Village y Times Square

Sábado 7 de junio

Nos despertamos tirando a tarde con una resaca como un piano. Sí que era verdad lo del alcohol de garrafa, sí. Nos vestimos, desayunamos (es un decir) y vamos a ver Chelsea y el Village, que es la misma zona por la que habíamos la noche anterior. Todo el barrio tiene un aspecto muy diferente, la verdad.


Además de ver Stonewall Inn por el día, cabe destacar una visita a la librería Wilde, pionera en la defensa de los derechos LGTB. Vemos también un mercadillo, aunque el calor amenaza con acabar con nosotros.

También vemos la casa de Friends. O sea, el edificio de donde sacaron las imágenes exteriores del edificio. Allí nos hicimos varias fotos y tras decidir que el calor era realmente insoportable, nos metimos en un "Sports Bar".

Es un tipo de bar donde la gente queda para ver el partido de lo que sea. Allí nos tomamos una cerveza y Adri se echó una partida a una máquina de matar ciervos (Verídico: Tú eres el cazador y tienes que disparar al ciervo en el cuello o en el corazón o si no se te escapa).


Hacemos una lista de lo que nos queda por ver y cogemos el metro con un destino: La calle 42 con la 7ª y Broadway, que es ni más ni menos que... Times Square. En uno de los transbordos de metro, vemos algo surrealista: una congregación tipo "amish" (que en holandés debe de significar "me hago los vestidos con las cortinas viejas del comedor") cantando a coro mientras un predicador intentaba convencernos de que aún no es tarde para evitar la Condenación Eterna. ¡Por supuesto que aún no es tarde! ¡Aún son las 4 de la tarde!

Times Square nos hace olvidar todos nuestros planes. Es IMPRESIONANTE. Es más de lo que se puede abarcar. De hecho, algunos de nuestros compañeros de viaje fueron varias veces a contemplar el maremágnum de coches, carteles gigantescos, tiendas desproporcionadas, gente...


Nuestra primera parada fue el M&M's Store, un complejo de varias plantas en el que sólo se venden cosas relacionadas con la famosa marca de chocolates. Allí, además, hay unos tubos gigantes con un montón de M&M's separados por colores, de modo que puedes ir haciéndote tú tu surtido. No sé cuánto chocolate nos tragimos, pero fue mucho. ¡Ñam!

Segunda parada: TKTS. En el vestíbulo del Marriot Marquis está la taquilla TKTS, que es una especie de kiosko donde comprar entradas para los musicales de Broadway (y del Off-Broadway) a mitad de precio para el mismo día. Sólo para el mismo día y sólo en efectivo, así es como funciona. Pablo, Toni, Adri y yo cogemos entradas para Hairspray y quedamos en la puerta del teatro más adelante.

Tercera parada: Toys'R'Us. Para que os hagáis una idea, es una tienda que tiene dentro UNA NORIA. Sí, sí: una noria como las de las fiestas de vuestro barrio. Pues eso pero dentro de una tienda. Increíble. Allí descansamos un rato y nos volvemos a juntar con Carlos y David para ir a la tienda de la NBC, en el Rockefeller Center.

La verdad es que la tienda nos decepcionó un poco, porque había muy poco merchandising de series como Friends, y el que había era carísimo. Nosotros terminamso comprando una alfombrilla de ratón del perro de Conan O'Brien, el delantal del Central Perk y una taza de Heroes.

De ahí a cenar en un sitio de sandwiches que recomendaba una guía y al musical. La verdad es que me encantó como está montado. Es muy original y aunque me sabía todas las canciones me sorprendió la puesta en escena. Muy entretenido y recomendable, sí señor. Me quedo con una frase: "I'm so lonely!". Por cierto, que el papel de Edna Turnblad, la madre de Tracy, lo hacía George Wendt (Norm, de "Cheers"). Es tradicional que este papel lo represente un hombre, ya que en la película original de John Waters lo hacía Divine, una drag queen.


Tras comentar el musical y ver Times Square de noche, nosotros nos fuimos a la cama, ya que al día siguiente queríamos ver una misa de gospel. Toni, David y Carlos, sin embargo, salen de copas por el Midtown y Hell's Kitchen (al ritmo de West Side Story, sin duda).

Y aquí comienza un episodio que se repetirá aún más veces: el calor no me deja dormir. Hay un momento, a eso de las 3 de la mañana, que harto de no dormirme, de sudar y de que me falte el aire, me pongo algo encima y salgo al "lounge" donde hay un aire acondicionado. De hecho, me recuesto en un sofá al que el aire no da directamente y consigo dormirme.

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