miércoles, 27 de agosto de 2008

Viaje a Nueva York: Boston y la Revolución

Viernes 13 de junio

¡Qué bonito es Boston! Por la mañana, Adri y Pablo se van a ver el "barrio japonés", mientras que Carlos, David y yo nos vamos a ver el parque central de Boston (Boston Common), donde disfrutamos de una exquisita tarta de arándanos. Como no teníamos cuchillo para cortarla, la imaginación se impuso y terminamos cortándola con un blíster de ibuprofeno que Carlos tenía.


Más tarde nos reunimos con Adri y Pablo y nos dimos un garbeo por la ciudad. Cabe destacar que por entonces estábamos a una semana del Gay Pride de Boston. La ciudad entera estaba engalanada con banderas multicolor. Y lo que es mejor: las iglesias también. En esta foto podemos ver el eslógan: "Got Pride? Get blessed!" (¿Estás orgulloso? ¡Ven a bendecirte!).


En el estado de Massachussets, las bodas entre personas del mismo sexo están reconocidas, y tiene fama de ser una ciudad muy progresista en ese sentido. Y eso se nota en las iglesias, porque como sabéis la mayoría de los cristianos estadounidenses son de algún tipo de iglesia protestante. Y esas iglesias se configuran en comunidades, que son muy autónomas en su interpretación de la Fe. Y en Boston, la mayor parte de estas iglesias miran con buenos ojos a los homosexuales e incluso bendicen sus uniones. En esta otra foto vemos una badera gay y la frase que lo resume todo: "All welcome" (Todos bienvenidos).


Tras ver el ayuntamiento, que es tirando a feúcho, nos llegamos por Faneuil Hall Marketplace, que es una zona peatonal con puesto de mercadillo y... "El Café de Sam", una sucursal de la tienda oficial de Cheers. Allí me hago una foto con Norm y Carla.


Vemos un poco la zona más "colonial" de Boston y vemos la "ruta de la revolución", un conjunto de recorridos y establecimientos que conmemoran la Guerra de la Independencia, que empezó aquí mismo. Tras el Boston Tea Party, el cuartel general de los ideólogos de la revolución se estableció en una pintoresca tabera: El Dragón Verde.


Volvemos a callejear en dirección al Little Italy de Boston, que se encuentra al otro lado del puente Charlestown. La verdad es que tiene más "Italy" que el del NY, o por lo menos eso me parece a mí. Cruzamos un parquecito frente a la estatua de Paul Revere, que fue una especie de "correo" de mensajería de el bando independentista en la Guerra de la Independencia.


Tras esto descansamos en un parque frente al puerto (tomando un café con una tarta de queso) y nos movemos al estadio de los Celtics, momento en el cual mis pobres pies se rinden y me cojo el metro al albergue para echarme una siesta.


Llega la noche y nos cenamos una de esas pizzas que tanto nos han gustado (una de albóndigas y otra de salchicha). Luego nos vamos de juerga loca por Boston. Dimos con una especie de discoteca y allí estuvimos hasta no muy tarde. Cansados pero contentos nos volvemos al alberbgue (Adri, Pablo y yo en taxi; David y Carlos prefieren dar un paseo).

miércoles, 20 de agosto de 2008

Primavera de Praga

Hace 40 años, en 1968, los tanques soviéticos entraban en Praga para aplastar el tímido conato de apertura que Checoslovaquia intentaba perpetrar. La URSS aplicaba así la Doctrina Brezhnev, una doctrina política basada en la siguiente afirmación:

"Cuando hay fuerzas que son hostiles al socialismo y tratan de cambiar el desarrollo de algún país socialista hacia el capitalismo, se convierten no sólo en un problema del país concerniente, sino un problema común que concierne a todos los países comunistas."

Esta doctrina justificaba la invasión (que en los ojos de los soviéticos era vista como una "protección" o "liberación" de los estados comunistas aliados) de cualquier país miembro del Pacto de Varsovia para evitar que hiciese cualquier transición política o tomase cualquier medida que Moscú no aprovase explícitamente.

Durante todo 1968, Checoslovaquia experimentó intentos de liberalización que permitirían mayor libertad de prensa, participación ciudadana (siempre bajo los auspicios del Partido Comunista, que seguiría siendo el Partido Único) y, en general, un comunismo más moderno que incluso podría representar una Tercera Vía (con permiso de Yugoslavia).

Tras pensárselo un poco, la Unión Soviética junto con el Pacto de Varsovia casi en pleno (Rumanía no intervino) puso en marcha el Ejército Rojo y entró en Praga, acallando la "rebelión" mediante 200.000 hombres y 5.000 carros blindados. Por supuesto, ganaron. Las reformas impulsadas por Alexander Dubcek (llamadas en su conjunto el "socialismo con rostro humano") fueron eliminadas y sus líderes llevados a Moscú para su "interrogatorio y puesta al día".

Lo único que quedó de las reformas de aquella Primavera de Praga fue la tranformación de un país centralista en una federación de dos repúblicas socialista, la checa y la eslovaca. Y mucha represión, claro.

Muchos años más tarde, el propio Gorvachov iniciaría unas reformas similares con la Perestroika y la Glásnost. Cuando le preguntaron cuál era la diferencia entre esas medidas y las tomadas por Subcek, respondió: "19 años". Gorvachov haría una transición de la Doctrina Brezhnev a la Doctrina Sinatra. ¿Por qué Sinatra? Porque cada país del Pacto de Varsovia a partir de su adopción tenía libertad para reformar y hacer evolucionar su política interna a su manera ("My way").

¿Y qué hacía el mundo occidental mientras tanto? Pues Europa Occidental se calló por miedo a verse dentro del tan amenazado Conflicto Final de la Guerra Fría... y EE.UU. calló por oportunismo. Bastante tenía ya con Vietnam como para meterse en otro jardín. Es más, esta especie de "Comunismo Light" de Checoslovaquia era un experimento peligroso, ya que si prosperaba podía convertirse en una amenaza mayor que el comunismo soviético, que ya estaba per se muy desacreditado.

Hoy en día, tanto la República Checa como la República de Eslovaquia son miembros de la Unión Europea.

lunes, 18 de agosto de 2008

Plata discutida en 49er


Como sin duda sabréis, queridos lectores, España ha ganado una plata dudosa en vela (categoría 49er). El equipo español ha presentado una reclamación a los jueces ya que los ganadores del oro, el equipo danés, navegaron no con su barco sino con el barco croata. El motivo de este cambio fue que durante el entrenamiento el mástil de la embarcación danesa se rompió y no llegaban a tiempo para la carrera si lo cambiaban.

Así que allá que fueron, despistando al personal, dos vikingos piratas (ya que navegaban con una bandera que no les correspondía) que sólo necesitaban llegar en una posición digna para ganar el oro. Y llegaron (no sé si séptimos u octavos, según el medio que se consulte).

Los jueces han dictado que el cambio de embarcación no supuso una ventaja para el equipo de Dinamarca, de modo que no puede hablarse de fraude y el oro se mantiende para Dinamarca. Por otra parte, las reglas especifican que se pueden reparar toda una serie de aparejos (que vienen descritos en un apéndice larguísimo) entre los que no se incluye el propio casco de la nave.

Legalmente, yendo al pie de la letra, los daneses hicieron algo ilegal y deberían ser descalificados por ello. Sin embargo, y aquí voy a ser muy impopular, creo firmemente que, según el espíritu olímpico, los daneses merecen en oro más que los españoles.

Como en España somos tan cucos y tiramos de Gramática Parda que es un gustazo, hoy teníamos un montón de opiniones en contra del equipo danés, entre las cuales destaco cosas como que si fuese Fórmula 1, los daneses no habrían podido cambiar de coche. Lo que me parece a mí es que hay muchas ganas de tener un oro más, aunque sea en un despacho.

Y las opiniones enconadas contra el equipo contrario no son sólo por parte de los periódicos españoles, sino algún periódico danés también la toma con los españoles (noticia comentada en meneame. El original, para los que hablen danés, está aquí).

¿Por qué no han descalificado a los daneses? Pues porque les bastaba con llegar, poco más o menos. Tenían la regata ganada, y si no salieron con su barco fue por un fortuito caso de mala suerte. Si en lugar de romperse el mástil a una hora de la salida se hubiese roto a 3 horas de la salida, el equipo danés habría salido con su barco con mástil y velas cambiadas y habrían llegado en la misma posición, poco más o menos.

¿A qué se agarran los españoles? A que el barco croata, como no iba a navegar en la final, no fue revisado por los jueces. No pasó la revisión previa a la carrera. ¿Qué diferencia hay? Pues que la embarcación croata no llevaba una cámara de televisión, que añade peso. ¿Basta el peso de una cámara de televisión para ganar? ¿Habrían llegado novenos de no ser por ella?

El caso es que nadie daba un duro por el oro y todos asumían una plata en 49er, pero como hemos visto una irregularidad, nos vamos corriendo al despacho a quejarnos. Yo, si fuera Íker Martínez o Xabi Fernándex, no querría ganar un oro así. En realidad lo que hicieron los daneses no perjudicó la regata de los españoles, por muchas normas que infrigieran. En su barco, nosotros habríamos llegado primeros y ellos habrían llegado octavos o séptimos y tendrían el oro por puntos, al igual que ahora.

El caso es tirar de "defecto de forma".

Una enhorabuena muy grande para nuestros deportistas, que tienen una medalla de plata como un castillo, ¡Hombre Ya!.

jueves, 14 de agosto de 2008

Viaje a Nueva York: Donde todo el mundo sabe cómo te llamas

Jueves 12 de junio

Como el Shuttle Bus no nos venía bien, quedamos en que cuatro de nosotros irían al aeropuerto en taxi a primera hora (buscando un taxi grande donde cupieran las maletas). Como Adri y yo dejamos una maleta en la consigna y nos llevamos la otra, pues uno de los dos era candidato a quedarse en el albergue, de modo que me quedé yo roncando como un bendito mientras esta gente llevaba el equipaje al aeropuerto. Tampoco es que me quedase mucho más, pero sí que gané una horita de sueño que me vino divinamente. Revisé la habitación y le hice una foto (para que veáis dónde estábamos metidos):

Cogí la maleta que me correspondía, hice "check out" y me fui para el metro en dirección a Penn Station. Tampoco había puesto hasta ahora fotos del metro de NY, que está un poco hecho polvo.

Sí, muchos me habéis dicho que no hago más que quejarme. Pero conste que no digo esto como "Oh Dios mío, que asco de metro" ni nada por el estilo. Es simplemente que me llamó la atención, porque nuestra red de metro viene a ser como la de NY y está mejor cuidada.


Pese a todo lo que he podido decir de esta semana en NY, es un ciudad que me ha cautivado. Es increíble, de verdad. No es sólo lo que tiene, la proporción y exageración... es la combinación de todo. Aquellos que no hayáis ido, no sé a qué esperáis. A ahorrar se ha dicho, y "vente pa niuyor, Pepe".

El tren lo cogemos sin que nos sobre el tiempo y disfrutamos de un recorrido por un paisaje precioso. Boston está al noreste de NY, atravesando Connecticut y creo que Rhode Island hasta el estado de Massachusetts. Durante el recorrido pudimos ver paisajes de cuadro como los de esta foto:

Una vez en Boston, cogemos el metro hacia el albergue, donde nos encontramos con una habitación espaciosa y cómoda, aunque sin baño integrado. Aliviados por las dimensiones y por la temperatura, que por fin es no sólo soportable sino que incluso agradable, nos agenciamos mapas de la ciudad y vamos a Fenway Park a ver el estadio de los Red Sox, no sin antes hacer una comida en un sitio especializado en bocadillos tipo "submarino". Allí tenemos el placer de tomar uno de los favoritos de Joey: un bocadillo de albóndigas.

El estadio mola, y más porque coincidimos en un día de partido. En un momento dado estamos tentados de comprarle entradas a un reventa, pero desechamos la idea pronto ya que ninguno de nosotros tiene ni idea de béisbol y sería más por lo anecdótico que otra cosa. Eso sí, lo que nos dijo la camarera de NY parece cierto, ya que hay un montón de gente viendo el partido.

Tras ver el estadio, nos dirigimos hacia las calles comerciales de Boston. Allí vemos que Boston es una ciudad muy, pero que muy bonita. Y muy pìja... Las calles tienen un aspecto de gente con pasta, un poco como el Barrio de Salamanca de Madrid, pero con más glamour.


Las casas, además, tienen todas la estructura Upstairs-Downstairs que tanto le emociona a David, que no puede resistir interpretarnos el "Gracias por venir" de Lina Morgan por una parte, y la típica escena de "despedida en la puerta-no sé si invitarte a pasar" de las películas americanas por otra.

Llegamos finalmente a uno de los lugares que más ganas tenía de visitar de Boston: ¡Cheers! Donde todo el mundo sabe tu nombre. Aquí está el bar original de la famosa serie. Nos hicimos, por supuesto, las fotos de rigor. No nos quedamos a comer porque era tirando a caro. Es lo que tienen estos sitios, claro... pero me hizo mucha ilusión.

Cruzamos el parque Charlie (que da nombre a un montón de cosas en la ciudad, entre ellas a unas tarjetas de transporte llamadas Charliecards) en dirección al albergue y allí nos echamos un rato hasta que Adri y yo decidimos que queremos salir un rato, así que nos fuimos a un bar en el que había muy poca gente y del que terminamos un poco aburridos. Estos bostonianos no parece que salgan mucho... aunque claro: es jueves. Cabe destacar la pinta que tiene el Parque de la Iglesia de Cristo Científico, que es una iglesia peculiar norteamericana con sede aquí en Boston y que creen entre otras cosas en el poder de sanación del hombre a través de la oración. El caso es que el parque es una delicia, con una especie de piscina en la que puedes ver las luces reflejadas. Muy bonito.

Llegó la hora de dormir (tras un bocata en una tienda tipo "deli") y duermo como hacía mucho que no dormía. ZZZZZzzzzzzzzzZZZZZ

Mamma Mia!

Acabo de llegar a casa después de ver Mamma Mia!, la película, que me ha gustado mucho. ¿Cómo no me iba a gustar? Pero empecemos por el principio...

Oí hablar del musical cuando me descargué la discografía completa de ABBA y en el mismo pack se incluía el CD con las canciones del musical. Me pareció muy original eso de hacer un musical con las canciones de ABBA, de modo que cuando el musical se estrenó en España, Adri y yo fuimos a verlo.

Lamentablemente, el día que fuimos no estaba Nina, que entonces era lo más y todo el mundo la conocía por su paso como directora de Operación Triunfo. Es lo que tiene sacar entradas baratas un martes, pero es que si no me arruino, jejeje. Aun así, el reparto estuvo genial y me lo pasé como un enano.

Un poco después se casó mi amigo Aurelio, y fueron a casarse precisamente un día antes de cumpleaños. Al día siguiente de la boda (como digo, el día de mi cumpleaños), su recién estrenado marido (lo de recién estrenado es un decir...) y él nos sorprendieron con un regalo genial: Un "vale" para ver Mamma Mia en inglés en un teatro de... ¡Berlín! En aquel entonces Aure estaba currando en Greifswald, una ciudad de Alemania en la costa del Báltico a la que cariñosamente llamábamos simplemente "El Polo", de modo que la idea era organizar una expedición a Berlín en plan relámpago para el puente de diciembre. Dicho y hecho: Víctor, Adri y yo nos cogimos el "EasyJet Express" con destino Schönefeld (Berlín) y pasamos un fin de semana increíble con Josete, Aure y Andrés. Memorable fue el momento de entrar (5 minutos tarde y con la lengua fuera) al auditorio...

Y finalmente, la peli. Obviamente, una película no es como un musical. El ritmo es distinto, las posibilidades también... y el público tambien es distinto. Tengo que destacar de la película las siguientes cosas buenas (empiezo por lo bueno porque, por lo visto, tengo fama de quejica):

- La niña que canta como Sofía (Amanda Seyfried) lo hace estupendamente. Transmite muy bien en cada momento, y canta realmente bien.
- Los chulazos griegos están increíbles.
- Los paisajes son tremendos. Dan una ganas locas de ir a Grecia.
- Los chulazos griegos están increíbles.
- Es fascinante ver a Meryl Streep cantando en un musical. ¿Qué le falta por hacer a esta mujer?
- Los chulazos griegos están increíbles.
- Christine Baranski y Julie Walters se salen.
- Los chulazos griegos... bueno, ya os hacéis una idea.
- Las canciones son en inglés.

Y ahora los detalles criticones. En realidad no todo lo que digo a continuación es malo; algunas cosas simplemente me llaman la atención:

- Pierce Brosnan no sabe cantar. Punto. No le demos más vueltas. Si yo hubiese decidido el cásting, habría cambiado los papeles de Pierce Brosnan y de Colin Firth.
- Se han saltado una canción. Me imagino que, o bien por problemas de presupuesto, o bien por problemas de ritmo, la canción "Under Attack" ha sido suprimida. Una lástima, ya que yo la descubrí con el musical y me gustó mucho en su momento.

Hay que añadir como punto negativo que se me ha ocurrido ir, ingenuo de mí, a los cines de La Vaguada. Y es que uno es muy pijo, señora, y está acostumbrado a sillones confortables, sitio para poner las piernas, sonido espectacular... y los cines de La Vaguada siguen como hace quince años. Por fuera están reformados, sí, pero por dentro siguen tieniendo la misma pantalla, las mismas butacas y la misma puerta de salida con la primera "A" borrada prácticamente. La próxima vez, al Kinépolis (mira, un nombre griego), donde voy a ir mañana a ver "El caballero oscuro".

Ea, me voy a la cama, a ver si sueño con... ¡chulazos griegos! ¡Paracalós!

martes, 12 de agosto de 2008

Milli Vanilli versión china

Pues sí, queridos. No sólo nos hemos enterado de que las imágenes que pudimos ver "en directo" de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Beijin (Pekín en español) no eran tan en directo como un pensaba (mezclaron imágenes grabadas de ensayos con imágenes reales, ya que muchos de los fuegos no explotaron en la ceremonia). Ahora nos enteramos también de que la niña súper-mega-monísima-de-la-muerte que cantó "Oda a la Madre Patria", en realiad, hacía playback. La que cantaba era en realidad otra niña, a la que no sacaron por fea.

¿Fea? ¿Una niña de 7 años? Señores chinos... una niña de 7 años es muy complicado que sea "fea". Los niños de esa edad suelen ser una ricura (estéticamente hablando), y más si la sacas cantando en una ceremonia de los Juegos Olímpicos. Hasta Daniel el Travieso parecería un angelito. ¡Qué coño!

Pues sí. La pobre niña tuvo que hacer como Debbie Reynolds en Cantando bajo la Lluvia. Y encima se ha descubierto el pastel, con lo que la niña guapa ahora queda como una frívola delante de la opinión pública.

Aquí os dejo la imagen de las dos niñas para que veáis que Yang Peiyi (la niña que cantaba) no es para nada fea, aunque igual la otra niña, Lian Miaoke es más "políticamente correcta" para una Olimpiada, según los chinos.



Fuente Original: La Sexta Noticias

viernes, 1 de agosto de 2008

Viaje a Nueva York: El MoMA y la despedida

Miércoles 11 de junio

El plan original era ir a Filadelfia, pero al final sólo fueron Carlos y David. Adri y yo nos quedamos en NY y he de decir que creo que fue la decisión más acertada. Al final dejó de hacer tanto calor y pudimos recorrer la 5ª avenida caminando y en bus sin fallecer en el intento. Ese día me reconcilié con la ciudad.

Adri, Pablo y yo nos encaminamos hacia la estación de Penn donde comprar los billetes del tren a Boston que cogeremos al día siguiente. Resultan más caros que lo esperado, pero bueno, problemas de última hora. Adri y yo vamos para el MoMA tras visitar algunas tiendas de la 5ª avenida. Pablo, mientras tanto, decide visitar de nuevo el Lower Manhattan.

El MoMA es una verdadera pasada. Menos mal que fuimos, porque lo disfruté como un enano. En las plantas superiores vimos lo mejor de Matisse, Chagall, Mondrian... y por supuesto Picasso. Todo un lujo para la vista. Destaco las siguientes piezas:

Las señoritas de Avignon (Picasso), que yo pensaba que eran de Avignon pero no, son de la calle Avignon, en Barcelona, que es donde se conoce que estaban las más reputadas casas de idem.

La noche estrellada (Van Gogh). Nosotros no pudimos verla porque precisamente el día anterior había salido de gira a otros museos. Mala suerte que tuvimos, porque David, que fue tres días antes que nosotros, sí que la pudo ver.

Los Tres Músicos (Picasso). Una maestra estaba con un grupo de 10 chavales de unos 8 años explicándoles el cuadro, lo cual me parece fascinante. Les decía que Picasso se había retratado en el cuadro, que si podían adivinar qué personaje era él. Cuando un niño sugería uno de los músicos, la profesora le preguntaba que por qué había llegado a esa conclusión. Me pareció muy didáctico. Picasso, según decía la profe, se retrataba en sus cuadros vestido de Arlequín. Si hay un arlequín en un cuadro de Picasso, es él.

La persistencia de la Memoria (Dalí). No me preguntéis por qué pero yo pensaba que este cuadro se llamaba Tempus Fugit. A saber de dónde lo he sacado

Chica Ahogándose (Lichtenstein). Todo un clásico para los que nos gustan los tebeos.

Latas de sopa Campbell (Warhol). Impresionante. Hay un montón de ellas.

En las plantas inferiores encontramos arte más moderno. No lo entendí todo, especialmente el video-arte, que siempre me da la impresión de que el artista se cree más listo que yo. Destaco una pieza que en la que una chica desnuda está bailando el hula-hoop con un círculo de alambre de espinos; y la colección de fotografía que es para quedarte sin aliento. ¡Ah! Y hay unos pasillos iluminados por una luz naranja que hace que cuando sales del ascensor pareza que te metas en una foto antigua. Genial.


Tras nuestra visita por el MoMA nos encontramos con Pablo. No, no es un decir... Habíamos quedado en Tiffani's para hacernos la típica foto mirando el escaparate (pese a no ser la hora del desayuno) y no sé por qué nosotros pensamos que era más abajo de la 5ª de lo que en realidad era. Mientras bajábamos, Pablo subía por la misma acera, así que tuvimos un momento "Por favor, cómo-tú-por-aquí, pues ya ves tú de compras" de lo más encantador.


Fuimos a comer al restaurante que hay debajo del Empire State, Heartland Brewery, donde nos dimos el capricho y pedimos una hamburguesa de carne de búfalo. La verdad es que el sitio es excelente, aunque bastante caro comparado con el resto de sitios de NY. Una de las camareras nos dijo que había autobuses aún más baratos que los de Chinatown hacia Boston, ya que ella era de allí y los cogía a menudo. Una lástima.

Tras dudar un poco sobre qué hacer, nos subimos a la terraza del Marriot Marquee a tomar un Cosmopolitan mientras vemos en su mirador giratorio de la planta 48 unas vistas de NY que merecen la pena completamente. IM-PRE-SIO-NAN-TE.


Nos encontramos con Carlos y David en Union Square y yo me voy al Nederlander Theater a ver Rent. ¡Una pasada! Ya la había visto en Madrid dos veces (en español, obviamente) y poder verla en inglés y en Broadway fue una experiencia inolvidable.


De hecho, me hice una foto con la actriz que hace Maureen Johnson a la salida.


Cuando salí del teatro, volví al albergue y allí intentamos llamar a un Shuttle Bus que nos llevase al día siguiente al aeropuerto para dejar unas maletas en la consigna. Así podríamos viajar más ligeros a Boston y Buffalo. Al final lo del Shuttle Bus no podía ser porque pasaba a recogernos unas 5 horas antes de lo necesario, de modo que decidimos que por la mañana Adri, Carlos, David y Pablo van a coger un taxi y yo me encontraré con ellos en la estación de tren.

Además, resulta que a las 00:00 se ponía a la venta el pack PS3 con el Metal Gear Solid 4, de modo que estuvimos deambulando por la noche y mientras unos llamaban al Shuttle Bus, Carlos y yo llegábamos al Virgin Megastore 5 minutos antes de la hora para llevarnos el último pack para Pablo. En el proberbial justo a tiempo.

Nos despedimos de la ciudad desde la azotea del albergue un poco nostálgicos y nos vamos dormir.