jueves, 14 de agosto de 2008

Viaje a Nueva York: Donde todo el mundo sabe cómo te llamas

Jueves 12 de junio

Como el Shuttle Bus no nos venía bien, quedamos en que cuatro de nosotros irían al aeropuerto en taxi a primera hora (buscando un taxi grande donde cupieran las maletas). Como Adri y yo dejamos una maleta en la consigna y nos llevamos la otra, pues uno de los dos era candidato a quedarse en el albergue, de modo que me quedé yo roncando como un bendito mientras esta gente llevaba el equipaje al aeropuerto. Tampoco es que me quedase mucho más, pero sí que gané una horita de sueño que me vino divinamente. Revisé la habitación y le hice una foto (para que veáis dónde estábamos metidos):

Cogí la maleta que me correspondía, hice "check out" y me fui para el metro en dirección a Penn Station. Tampoco había puesto hasta ahora fotos del metro de NY, que está un poco hecho polvo.

Sí, muchos me habéis dicho que no hago más que quejarme. Pero conste que no digo esto como "Oh Dios mío, que asco de metro" ni nada por el estilo. Es simplemente que me llamó la atención, porque nuestra red de metro viene a ser como la de NY y está mejor cuidada.


Pese a todo lo que he podido decir de esta semana en NY, es un ciudad que me ha cautivado. Es increíble, de verdad. No es sólo lo que tiene, la proporción y exageración... es la combinación de todo. Aquellos que no hayáis ido, no sé a qué esperáis. A ahorrar se ha dicho, y "vente pa niuyor, Pepe".

El tren lo cogemos sin que nos sobre el tiempo y disfrutamos de un recorrido por un paisaje precioso. Boston está al noreste de NY, atravesando Connecticut y creo que Rhode Island hasta el estado de Massachusetts. Durante el recorrido pudimos ver paisajes de cuadro como los de esta foto:

Una vez en Boston, cogemos el metro hacia el albergue, donde nos encontramos con una habitación espaciosa y cómoda, aunque sin baño integrado. Aliviados por las dimensiones y por la temperatura, que por fin es no sólo soportable sino que incluso agradable, nos agenciamos mapas de la ciudad y vamos a Fenway Park a ver el estadio de los Red Sox, no sin antes hacer una comida en un sitio especializado en bocadillos tipo "submarino". Allí tenemos el placer de tomar uno de los favoritos de Joey: un bocadillo de albóndigas.

El estadio mola, y más porque coincidimos en un día de partido. En un momento dado estamos tentados de comprarle entradas a un reventa, pero desechamos la idea pronto ya que ninguno de nosotros tiene ni idea de béisbol y sería más por lo anecdótico que otra cosa. Eso sí, lo que nos dijo la camarera de NY parece cierto, ya que hay un montón de gente viendo el partido.

Tras ver el estadio, nos dirigimos hacia las calles comerciales de Boston. Allí vemos que Boston es una ciudad muy, pero que muy bonita. Y muy pìja... Las calles tienen un aspecto de gente con pasta, un poco como el Barrio de Salamanca de Madrid, pero con más glamour.


Las casas, además, tienen todas la estructura Upstairs-Downstairs que tanto le emociona a David, que no puede resistir interpretarnos el "Gracias por venir" de Lina Morgan por una parte, y la típica escena de "despedida en la puerta-no sé si invitarte a pasar" de las películas americanas por otra.

Llegamos finalmente a uno de los lugares que más ganas tenía de visitar de Boston: ¡Cheers! Donde todo el mundo sabe tu nombre. Aquí está el bar original de la famosa serie. Nos hicimos, por supuesto, las fotos de rigor. No nos quedamos a comer porque era tirando a caro. Es lo que tienen estos sitios, claro... pero me hizo mucha ilusión.

Cruzamos el parque Charlie (que da nombre a un montón de cosas en la ciudad, entre ellas a unas tarjetas de transporte llamadas Charliecards) en dirección al albergue y allí nos echamos un rato hasta que Adri y yo decidimos que queremos salir un rato, así que nos fuimos a un bar en el que había muy poca gente y del que terminamos un poco aburridos. Estos bostonianos no parece que salgan mucho... aunque claro: es jueves. Cabe destacar la pinta que tiene el Parque de la Iglesia de Cristo Científico, que es una iglesia peculiar norteamericana con sede aquí en Boston y que creen entre otras cosas en el poder de sanación del hombre a través de la oración. El caso es que el parque es una delicia, con una especie de piscina en la que puedes ver las luces reflejadas. Muy bonito.

Llegó la hora de dormir (tras un bocata en una tienda tipo "deli") y duermo como hacía mucho que no dormía. ZZZZZzzzzzzzzzZZZZZ

No hay comentarios: